EL GATO

Un día tenía que entrar a la guardia a las 3 de la mañana y me levantaron gritos por toda la unidad. El guardia al que yo tenía que relevar fue atacado por un gato de monte y estaba mal herido. El sargento me pidió que cubriera la guardia y lo hice.
¿Nunca han visto a un gato salvaje?
Es lo más impresionante que puedan ver referente a las heridas que te puede causar un animal de esos.
Estando allí en la madrugada todo asustado, pues vi las heridas del muchacho que le hiciera el gato. Sentí un murmullo,. Cuando miré para el lado…allí estaba el famoso gato.
Era tanto el susto que tenía que para mí parecía un león.
No supe qué hacer, pero llenándome de valor y con ciudado, le quité el seguro al AK y lo puse disparo a disparo.
Fuí apuntando con cuidado al gato y cuando estaba seguro que le daría… disparé…
Al primer balazo le di, pero mi imaginación voló y pensé que esa era la oportunidad que Dios me mandaba para salir de allí.
Fui para arriba del gato y le di 2 ó 3 balazos más.
Entonces solté el arma y me empecé a llenar la cara y el cuerpo de sangre.
Tomé hasta sangre del gato y cuando vi que llegaban la gente de la unidad, producto de los disparos, empecé a gritar:
-¡El gato!...¡El gato!
Con cuidado se acercaron a mí y pensaron que yo también estaba herido de tanta sangre que tenía arriba.
Me llevaron para el hospital más cercano y de allí me remitieron para el Hospital Naval, donde a los tres días me dieron la baja del servicio por el ataque de nervios.
En total habían pasado 58 días desde que abandoné el Pre.
No logré nada con la columna, pero el gato me salvó del servicio al darme la baja por problemas siquiátricos.