En esa fecha empezó también la famosa "Ley del Vago".
Si no trabajabas ibas preso. Yo vivía más bien del negocio ilícito y del robo.
Necesitaba justificar el producto de mis fechorías.
Un día me tocaron la puerta unos miembros del Partido y casi me obligaron a ir a un acto que se iba a celebrar en el teatro de una escuela. Cuando fuí, era para embullar a todos los jóvenes a que fueran a trabajar al "Cordón de La Habana" en la siembra de café.
Cuando vi de que se trataba, me levanté y me iba caminando hacia la puerta de salida, cuando la persona que estaba dando el discurso, me gritó por el micrófono:
-Ese joven de la camisa de rayas, ¿No le interesa lo que estamos hablando?
Yo seguí mi camino y sin virar la cara, levanté la mano y le dije que no, saliendo hacia la puerta.
Era una forma de intimidación que utilizaban mucho.
En la puerta me pararon unos milicianos y me tomaron el nombre y la dirección para después hablar conmigo en privado.
jueves, 18 de diciembre de 2008
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