Entre las cosas en que participé en el lCAlC, estuvo la primera piratería cinematográfica que vi.
Un buen día, por error de valijas cinematográficas, llegó a Cuba en 1972, la primera parte de EL PADRINO.
Un buen día, por error de valijas cinematográficas, llegó a Cuba en 1972, la primera parte de EL PADRINO.
Cuando se dieron cuenta del error de valijas, Cuba no quiso
entregar las valijas sin antes quedarse con una copia de esta famosa película que no podian adquirir en ningún mercado.
entregar las valijas sin antes quedarse con una copia de esta famosa película que no podian adquirir en ningún mercado.
Se pararon los laboratorios del ICAIC y se dieron a la tarea de hacerle un negativo en blanco y negro de la misma.
No existían en Cuba todavía los laboratorios a colores y todos los negativos que hicieron fueron en blanco y negro y por esa razon el público de Cuba solamente vió de esa forma esta película.
Las colas eran inmensas, y el pueblo repetía la película más de una vez.
En 1974 llegó la segunda parte del Padrino, pero esta vez la llevó el propio director Francis Ford Coppola, quien visitó Cuba junto a otros directores y la bella Candice Bergen.
En 1974 llegó la segunda parte del Padrino, pero esta vez la llevó el propio director Francis Ford Coppola, quien visitó Cuba junto a otros directores y la bella Candice Bergen.
Yo estaba loco por verla y me las ingenié para estar en la premiere de esa película, gracias a que se enfermó uno de los camarógrafos.
Con la piratería de El Padrino, primera parte, Cuba se dió cuenta que en esto había un negocio y decidió "copiar" todas las películas extranjeras que estaban prestadas o alquiladas en Cuba .
El caso más famoso fue el de la película CANTANDO BAJO LA LLUVIA, la cual se restauró en 1974 con el surgimiento de los laboratorios a colores en sociedad con laboratorios de Checoslovakia.
Con la piratería de El Padrino, primera parte, Cuba se dió cuenta que en esto había un negocio y decidió "copiar" todas las películas extranjeras que estaban prestadas o alquiladas en Cuba .
El caso más famoso fue el de la película CANTANDO BAJO LA LLUVIA, la cual se restauró en 1974 con el surgimiento de los laboratorios a colores en sociedad con laboratorios de Checoslovakia.
Lo más bonito del caso es que el comprador fue nada más y nada menos que METRO GOLDWYN MAYER quien, a escondidas, compró SU propia película y sabiendo que Cuba se había apropiado de la misma, pero era la única copia buena que existía en el mundo.
Según las malas lenguas y la mía, que no es muy buena, pagaron a Cuba más de 3 millones de dólares por esta película y los negativos originales que hicieron en Checoslovakia.
De esta forma la MGM conserva SU película, la cual años más tarde fue restaurada digitalmente para mejorarla.
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