Al salir del Servicio Militar, quedé libre para seguir estudiando, pero no tenía ánimo ni interés ninguno. Me consideraba un muchacho experimentado, teniendo en mi bolsillo una baja del ejército.
Fui al Ministerio del Trabajo y conseguí un curso en la Escuela de Formación de Técnicos que estaba situada en laVirgen del Camino.
Allí matriculé en el curso de Electricidad Automotriz, donde se estudiaba durante el día y al mediodía se trabajaba hasta las seis de la tarde.
Yo nececitaba un trabajo para justificar el dinero producto de robos y esta era la única forma de hacerlo.
En esta escuela aprendí mucho, me hice técnico electricista, aprendí a manejar, a construir acumuladores, en fin muchas cosas.
Por la noche matriculé en otra escuela en el Vedado y también en la Escuela de Idiomas con el fin de aprender Inglés, pero nunca pude dar clases de inglés. Solo había matrícula para ruso o portugués. Me decidí por este último. No me acuerdo de nada, pero estuve allí, en la escuela Abraham Lincoln del Vedado.
Estando en esta escuela llevaba una vida paralela en la calle que era envidiada por muchos amigos, pues siempre tenía dinero y podía hacer de mi vida lo que me diera la gana sin contar con nadie, ni tener el régimen del colegio. Ya yo era un trabajador estudiante, pero comencé una vida de maseta que era envidiable.
La represión con la juventud seguía en Cuba, pero yo
tenía algo con qué ampararme y era el “Carnet del
Sindicato de Trabajadores y el de Estudiante Técnico”.
Eso me ayudó mucho, pues enseguida que enseñaba estos
documentos me pedian hasta disculpas.
jueves, 18 de diciembre de 2008
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