miércoles, 17 de diciembre de 2008

EL CANTANTE

Una tarde de tantas, yo estaba pegado en la puerta de la sala y delante de mí siento una voz que dice:
- Cinta número 98…
- No lo dejé terminar, estaba de espaldas a mí. Le tiré una galleta al cabrón ese que
durante varios días, nos martirizó en la otra sala.
Solo pude darle un golpe. La sala, casi completa se avalanchó contra este "loco" y le dieron golpes hasta casi matarlo. Llegaron los guardias y se lo llevaron tinto en sangre.
Como estos casos vi muchos en los días que estuve allí.
Era deprimente ver a estos seres humanos con problemas mentales y tratados como bestias y "ayudados" por estos enfermeros mandantes a las órdenes de su General Mederos.
En total estuve 47 días en Mazorra y creo que si hubiera estado un día más, me volvía loco yo, si es que no lo estaba ya.
Me llevaron para el DTI de Santiago de las Vegas otra vez. Desde que me recogieron los guardias, me hice el "deprimido" para no hablar mucho, debido a mi intento "suicida" .
Al llegar al DTI, me sentaron en el lobby, ya que el carcelero que tenía las llaves de las celdas, no
estaba por allí.
Cuál fue la sorpresa mía que uno de los guardias que entran a la sala, era el famoso "delincuente", ladrón de refrigeradores que estuvo comigo en la celda.
Era un teniente del DTI.
-¡Me querías joder!, le dije.
-!Y te vamos a joder bien jodido, maricón!, me contestó enseguida y virando la espalda se alejó de allí.

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