jueves, 18 de diciembre de 2008

EL ELECTRICISTA

Mi mamá no quería que yo estudiara eso y decidió que yo estuviera en el ejército para servir a la Revolución. Exploté con ella y le dije una frase que con el tiempo se hizo famosa en la familia:
- No te atraques de mojones, Adamina, y encárgate de tu vida. Deja a los demás vivir.
Tú no eres quién para meterte y dominar la vida de nadie.
La ignorancia tuya es tanta que contagia. No pienses por los demás.
En fin, pasé mi curso de electricista y me gradué, pero todo era teoría. Nunca había tocado un carro.
Como aprendí electricidad, me dedicaba a arreglar todo lo que se rompía en la cuadra: planchas, tocadiscos, luces y de vez en cuando algún carro de un vecino. Nunca le cobré a nadie, pero aprendí mucho y eso me ayudó en el futuro.
Siempre tuve habilidad para los trabajos manuales y esos arreglos me ayudaron mucho.

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