jueves, 18 de diciembre de 2008

El INIT, Salvador Allende y Pinochet


La Habana seguía sin trabajo.
Al estar casado, dejé de hacer "travesuras" y solo me dedicaba al "Bizne" (Negocios)
Contrabandeaba cualquier cosa y de eso iba viviendo, más un trabajo que conseguí en el INIT (Instituto Nacional de la Industria Turística).
En el INIT empecé a trabajar como ayudante de electricista, ya que no tenía ningún tipo de Evaluación.
Estuve poco tiempo, pero hice miles de "contactos" para contrabandear con comidas y conseguir casas en la playa para vacacionar.
No me daban la "evaluación" debido a que no había "plaza", según los dirigentes.
Yo pedía que me evaluaran y me enviaran para otro lado, pero fue inútil.
Solo había plaza para "Electricistas A".
Allí había tres. Un día a uno de los electricistas le reventó una batería en la cara y lo dejó ciego, a otro le dió un ataque al corazón y no pudo trabajar más, el otro tuvo un accidente.
Yo cubría todo el trabajo del taller, pero no me pagaban como electricista.
Así estuve un tiempo, hasta que me cansé y exigí mi valor.
Habia en Cuba en esa epoca uno de los tantos lemitas cubanos que decia:
De cada quien según su capacidad, a cada quien según su trabajo y yo me agarré de eso.
Un día llegué y me puse a barrer el patio. Enseguida vino el administrador y me dijo que había trabajo atrasado.
-Busquen un electricista, que si no me pagan, no ejerzo más como electricista.
Se formó las de Caín y me mandaron a evaluar como electricista.
Cogí mi evaluacion y pedí un traslado de trabajo.

EL PRESIDENTE ALLENDE y PINOCHET
Estando allí en los talleres de “Casino del Rio" coincidió con la llegada a Cuba del Presidente chileno Salvador Allende.
El día que llegó, toda la población se concentró a lo largo de la Avenida de Ranchos Boyeros, por donde pasaría.
El taller de Casino estaba en la misma Rancho Boyeros y como no había salida para ningún lado, me tuve que quedar en el taller.
Al rato, unos amigos de allí me invitan y me dicen de salir en un camión.
Lo hicimos y no pudimos atravesar Boyeros.
Nos encaramamos en el techo del camión para ver la comitiva.
Cuando llegaba la comitiva, un periodista ruso brincó la soga que separaba la gente de la calle y apuntando su lente contra Fidel, Dorticós y Allende, trató de tirar fotos.
No se sabe de donde salieron mas de 5 "segurosos" y en un segundo el ruso estaba tirado en el piso con unos cuantos golpes de más.
Al pasar Fidel, solo movió un poco los ojos hacia el tumulto.
Increíblemente, entre el público que iba a estas concentraciones había gente de la Seguridad del
Estado que velaban por la vida del Comandante.
Fue la primera y única vez que vi a Fidel en persona.
De allí conseguí trabajo en el ICR otra vez, pero en talleres.
En 1973 Augusto Pinochet le dió un golpe de Estado a Salvador Allende.
Para muchos Pinochet resultaba repulsivo por sus métodos, donde segun las encuestas dejaron más de tres mil asesinatos y desaparecidos, incluyendo muchas personas torturadas.
Pinochet había salvado a Chile del comunismo con una dictadura que cambió el destino de Chile. Sin embargo a pesar de las críticas, llevó a su pais a una democracia única.
El precio fué alto para que Chile tuviera una democracia, pero si miramos atrás, los cubanos, o por lo menos yo, hubiéramos querido pagar ese precio para tener esa democracia en Cuba.
Me preguntan si quisiera haber tenido un Pinochet en Cuba...
- Y yo respondo SI, ¿Donde está mi Pinochet?
En el Chile de hoy, muchos de los familiares de esos muertos y desaparecidos, bendicen la muerte de Pinochet, sin pensar que gracias a esos muertos, ellos pueden tener la democracia de criticar, gritar y ofender la memoria de Pinochet, empezando por la Presidenta, que lleva el camino de Allende y a quien en cualquier momento, le sale otro Pinochet (Que buena falta le hace).
En mi humilde opinión, si se puede combatir a los caníbales comiéndoselos, aunque esto cause una indigestión. Es mejor haber tenido algunos muertos y desaparecidos en 17 años, que los miles de muertos y desaparecidos que hemos tenido los cubanos en 50 años.
Ese es el precio de la libertad.
Siempre tiene que haber alguna sangre corriendo. No puede haber libertad sin sangre.
El spaquetti siempre lleva salsa.
A nadie le gusta ver a su pueblo en una guerra civil, pero tanto en el Chile de Ayer, como en la Cuba de hoy, esa sangre es necesaria e inevitable.
¿A quienes lloran en Chile? Muy sencillo...lloran a los mismos que hubieran llevado el pais al caos , al comunismo y al desastre que ya conocemos en Cuba en 50 años.
¿Cuantas muertes hemos tenido en el nombre de la democracia?
Creo que la amenaza comunista si justifica toda la sangre que deba correr, sino señores, tendremos otros holucaustos en el mundo y despues nos lamentaremos de no haber cortado el arbol por la raiz.
¡Gloria eterna al General Pinochet! y si existe un dios, que los agarre confesados a todos y que se acuerde de enviar un Pinochet a mi Cuba, que buena falta le hace.

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