miércoles, 17 de diciembre de 2008

ARTURITO EL GUAPO

Arturo era un vecino que vivia en la cuadra donde estaba el taller del DESA y en una ocasion tuvimos una discusion por el parqueo de una moto mía y el muy hijo de puta, me ponchó las dos gomas de la moto, cortándolas para que no sirvieran nunca más.
Nos dimos unos cuantos trompones y cuando nos separamos empezó a amenazarme de matarme y de hacer esto y lo otro.
Un dia lo busque en la "piloto" que estaba en la esquina del taller y le tiré una lata de mierda en la cara para que dejara la "guapería barata" con la que amenazaba a todo el mundo.
Fué peor el remedio que la enfermedad, pues Arturo juró matarme donde quiera que me viera y alquien me dijo que me estaba cazando en mi casa y otra gente me dijeron que lo habían visto esperándome por el barrio.
Cuando oí eso, no espere más y fui a ver al amigo que me conseguia balas.
En ese tiempo tenía tres ó cuatro pistolas y ninguna tenía balas.
Cuando llegué a la casa donde estaba escondido , me dijo que todo lo que tenía, se lo habian llevado una gente que estaban haciendo contrarevolución y que lo único que tenía era una "bengala de tubo".
Estas bengalas son como las que se utilizan en las fiestas del 4 de Julio, que tiras hacia arriba y al final explotan y te salen los famosos fuegos artificiales.
Yo no sabía que hacer con aquello, pero me la llevé y fui para la casa de Arturo dispuesto a meterle "un bengalazo" para que no me hiciera sombra y no jodiera más por mi casa.
Al llegar a la barriada de Santos Suárez, donde vivía, este cabrón estaba arreglando su moto en el garaje de su casa, frente a una puerta del garaje.
Cuando me vió se paralizó, pero aproveché y le disparé la bengala casi a cuatro metros de donde estaba con la intención de matarlo. Arturo saltó hacia un lado y la bengala explotó contra la moto y la puerta del garaje.
Esto se escribe muy rápido. ¿Ustedes han visto una bengala explotar a esa distancia? La explosión fué del carajo.
La moto explotó y la puerta del garaje cogió candela.
Su mamá estaba en el balcon de su casa y empezó a gritar:
-¡Asesino, Asesino, Asesino!
Me fui corriendo de ahí y pude agarrarme a una guagua que me dejó en General Lee y Mayía Rodríguez, bastante cerca de mi casa.
Yo creo que me asusté más que Arturo.
Llegué a mi casa y empecé a sacar algunas cosas que me pudieran comprometer.
Las monté en un carro que tenía frente a la casa.
De ahí me fuí para la casa de Ronald, un amigo de la secundaria y me pelé y afeité, ya que la única que podía reconocerme era la madre y con el susto, no creía que me conociera fácil.
Alquien me habia dicho una vez, que cuando uno disparaba algún arma de fuego de cualquier tipo, te dejaba huellas de pólvora que podían detectarse con parafina.
Acordándome de eso, fui a mear y me mee las manos y me restregué bien con lociones y diferentes tipos de perfume.
Me fui para el cine con Teresita y la niña y tarde, al llegar la noche me fui para mi casa donde me estaba esperando la policía.
Allí me arrestaron y al otro día por la mañana llevaron a la madre de Arturo para que me reconociera.
Yo estuve claro. La vieja en cuanto me vió, le dijo a la policía que estaban equivocados, que yo no era el de la bengala, y que el delincuente que tiro la bengala no se parecia en nada a este "muchachito", pero Arturo decía que sí.
La policia determinó, que como Arturo y yo, habíamos tenido problemas por escándalo público antes, él lo hacía para perjudicarme y no levantaron acta.
La última prueba fue la de parafina, la cual como era de esperar, dio negativo.

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