Mi vida empezaba a cambiar de golpes a golpes.
¿Quien se iba a imaginar que cambiaría para siempre?
En Mayo de 1969 recibí otro telegrama para ingresar al Servicio Militar Obligatorio.
¿Podran creerlo?
Fuí al Comite Militar y enseñé mi baja del servicio y no le hicieron caso.
Me dijeron que era una orden del Ministerio que había que reclutar a todo el joven que
estuviera apto para cumplir el servicio. Por mas que apelé, no me hicieron caso.
Una cosa si me pareció raro. En ningun lugar aparecía constancia de que yo hubiera estado en el Servicio. Solo mi baja, la cual nunca solté, era la prueba de que yo pase por allí.
Los militares se extrañaban cada vez que yo enseñaba la baja.
Uno me dijo una vez que eso era imposible, Que por ley, yo no podía estar en el Servicio
Resultado: tuve que ingresar otra vez al Servicio Militar.
Esta vez fué diferente. Era tanta la furia que tenía que decidí hacerles la vida imposible.
Otra vez me tronchan estudios y me meten a comer mierda en el servicio.
Cuando llegamos a la Unidad Militar donde ibamos a pasar el curso de 45 dias, te decian un discursito que ya era familiar para mi:
-A partir de este momentos ustedes no son más civiles, son soldados de la Revolución y militares por mandamiento del Ministerio de Las Fuerzas Armadas.
Yo me reia de todo esto.
Cuando me mandaron a ponerme en atencion, no les hice caso.
-Soldado, debe hacer esto ó aquello.
Mi respuesta siempre fue la misma:
-Soldados seran ustedes. Yo estoy aquí prestado.
Hable con varios militares de rango, les explique mi situación y todos decian lo mismo.
-Es imposible que tu estes aquí.
-No lo es, pues aquí estoy, les decía.
Un sargento, no recuerdo el nombre se ofreció a indagar por todos lados y me dijo que mientras, me comportara bien, que el iba a resolver eso.
Me pareció franco y confié en el.
Decidí ser un soldado más por el momento.
Estando en la unidad, había un curso de Jefe de Escuadra de Exploración que era corto y me matriculé en el, ya que allí aprendería telemetría y otras cosas.
Aprendí de mi padre, que el saber no ocupa lugar y siempre que podia aprender algo, lo hacía.
El tiempo perdido, jamas se recupera. Eso lo aprendí tambien de mi padre y me ha servido de mucho en la vida, cosa que le aconsejo a la juventud .. .Aprendan todo lo que puedan y NO PIERDAN TIEMPO en boberias.
jueves, 18 de diciembre de 2008
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