miércoles, 17 de diciembre de 2008

LA BIBLIOTECA

En Mecanización no habia biblioteca como en otras prisiones abiertas y les di la idea de hacer una.
-¿De dónde sacaríamos los libros?, me preguntó el reeducador.
-Si les das unas horas extras a los mismos presos, me atrevo a decir que nosotros mismos llenamos la Biblioteca.
Al reeducador le gustó la idea y me pidió que hablara yo con ellos.
Reuní a todos los presos en el comedor y allí les dije que le iban a dar unas horas extras de pase al que "donara" libros para la nueva Biblioteca.
Todos estuvieron de acuerdo y esa semana salió todo el penal de pase.
El domingo cuando llegaron, había libros hasta para hacer dulce. Yo solo llevé como 300 y en total se reunieron más de 1000 libros. Con esto fabricamos la Biblioteca, después de organizarla, se la cedí a otro preso para que la llevara, debido a que ya yo tenía demasiado trabajo.
Un dia hicieron una reunión donde determinaron que por cada “cosa” que yo hiciera me darían 24 horas de estímulo y allí se forma una bronca de intereses increíble.
Normalmente te daban 72 horas cada 45 días, pero al sumarse las horas extras que me ofrecían, eran demasiadas horas fuera del taller y eso traería problemas, debido a que estaba de maestro en la escuela y me dieron la Jefatura General del Taller completo en el cual no solo estaba la electricidad, sino la de mecánica, soldadura y en fin...todo el taller.
Me dieron 24 horas extras como maestro, bibliotecario, las películas, jefe de taller de electricidad, proyeccionista en Nuevo Amanecer y como jefe de taller general.
Eran 7 días adicionales, además de los 3 que me correspondían por la ley.
Según el jefe de taller civil, si yo estaba 10 días fuera del taller era un caos, ya que tenía todo
organizado y hacia mi trabajo lo mejor posible.
En medio de la discusión, yo mismo les di la solución.
Saldría de pase con los civiles los sábados a las 12 del día y regresaría el lunes antes de las 7 de la
mañana.
A todos les pareció bien y de esa forma empecé a salir de pase semanalmente. Ya me creía que estaba en libertad. Me dejé crecer un poco el pelo y me pasaba el fin de semana en mi casa.

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